«Mi conducta de lector es profundamente humilde. Parecerá ingenuo y tonto, pero cuando yo abro un libro lo hago como cuando abro un paquete de chocolate, o entro en un cine, o como cuando llego por primera vez a la cama de una mujer a la que deseo; es decir, es una sensación de esperanza, de felicidad anticipada, de que todo va a ser bello, de que todo va a ser hermoso…» ( Julio Cortázar )