Solidaridad en forma de libro

Las imágenes de muchos de aquellos que se ven obligados a abandonar sus países nos golpean de manera cotidiana; algunas nos conmueven, otras nos generan impotencia. Otros superan estas primeras sensaciones y se deciden a aportar su grano de arena, para mejorar el camino de los migrantes y sus posibilidades futuras. Una de ellas es Mary Jones, quien se ha lanzado en la concreción de una idea solidaria en el campamento de refugiados “The Jungle” en Calais, costa francesa del canal de la Mancha.

El texto a continuación es un extracto del artículo de Roger Tagholm en la publicación digital Publishing Perspectives:

Una biblioteca improvisada acaba de abrir sus puertas en el campamento de emigrantes «Jungle» en Calais, al norte de Francia. Denominada «Jungle Books», funciona en base a donaciones y es atendido por una corriente de voluntarios que simpatizan con la difícil situación de los refugiados, cuyas historias seguirán dominando las noticias por mucho tiempo a través de toda Europa. En él se hallan libros de ficción, para niños, diccionarios, libros de referencia y hasta títulos de negocios, y actúa como un apoyo a la escuela que ya existe en el campamento, donde funciona con un horario regular durante todos los días de clase.

Es la inspiración de la profesora británica Mary Jones – originaria de Gales-, pero que en la actualidad vive en Amiens, ella ha estado trayendo artículos al campamento durante años, pero tenía la intención de hacer algo más. «Desde que el centro anterior en Sangatte cerró hace años, he estado manteniendo un ojo en la situación que se vive aquí, trayendo cosas cuando podía. Yo quería hacer algo que ofreciera ayuda real, práctica. Muchas personas aquí son bien educadas, quieren subir su nivel y quieren libros que les ayuden a leer y escribir, para luego postularse a empleos o llenar solicitudes”

«Hemos hecho todo lo que hemos podido en la biblioteca y ha sido fascinante ver lo que está pidiendo la gente, por ejemplo cuentos y poesía, pero necesitamos más: diccionarios en pastún-francés, en pastún-inglés, diccionarios en lengua eritrea, liJUNGLE, Mary-Jones-and-her-newly-opened-Jungle-Books-library-710x470bros en lenguas indígenas, etc. Estoy pensando en ponerme en contacto con la Universidad Abierta para ver si tienen algo. Finalmente, me gustaría que los migrantes puedan funcionar por sí mismos y no necesiten de mi presencia».

El campamento apodado la «Jungla» por la población flotante de refugiados,  los solicitantes de asilo y los que simplemente buscan una vida mejor, se extiende a través de bajo matorral adyacente a la carretera principal que conduce a la terminal del ferry. Es aquí donde los migrantes suelen ser vistos  caminando por la orilla de la carretera, en general cuando el tráfico disminuye y existe la posibilidad de esconderse en un camión con destino al Reino Unido. Hay una presencia más o menos permanente de la policía francesa, quienes se la pasan practicando el juego continuo del gato y el ratón con los migrantes.

La «selva» se establece durante un tiempo tan prolongado, que está comenzando a ser un microcosmos del mundo exterior. Así hay dos iglesias, una mezquita, numerosas tiendas de comestibles, un puñado de pequeños restaurantes, un bar, una peluquería al aire libre, una estación de carga para móviles, un taller de reparación de bicicletas, una escuela y ahora, una biblioteca. Se divide por nacionalidades e idiomas: Afganistán, Siria, Sudán, Eritrea, Irak, a veces con la bandera de cada país revoloteando por encima de las chozas. Pasear por sus calles lodosas y los caminos que serpentean es tomar un viaje a través de algunas de las zonas más conflictivas del mundo, aunque aquí la acogida es cálida. «Bonjour», «Hola», «¿Cómo estás?», saluda  la gente al pasar.

Algunas de las casas son como las viviendas de los Hobbits: “En la cabaña que pertenece a los sudaneses me invitaron a tomar el té dulce (muy dulce), era como una cueva de moqueta oscura. La única luz natural provenía de la puerta abierta y el fuego provenía de una estufa improvisada en el otro extremo. Estaban jugando al dominó -muy popular en el ´Jungle`- y me dijeron que estaban felices de estar en Francia. Ellos no quieren ir al Reino Unido. Su portavoz era muy alegre: ‘Tienes que mantenerte feliz`, dijo. ‘Porque si no lo haces, pierdes tu alma`».

“Después de haber leído tanto en los últimos meses sobre la sociedad que toma forma aquí, me preguntaba si los libros tenían algún papel para jugar, de ahí mi decisión de tomar un ferry temprano por la mañana desde Dover para venir a averiguarlo. La alegación de que se trataba de «turismo migrante» no es del todo justa. No voy a negar que tuviera mucha curiosidad respecto del lugar. Así que, para aliviar mi conciencia, me decidí a traerr conmigo tanto como pudiera. El grupo Calais Solidaridad Migrante es muy específico acerca de lo que se necesita, e incluye a los libros”

 

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