De lecturas y de vida

Es evidente que la humanidad está atravesando circunstancias nunca vistas con anterioridad. Y al sector de la cultura y específicamente del libro, le requerirá ideas arriesgadas y creativas para que le permitan subsistir y continuar captando a viejos y nuevos lectores.

Las constantes cancelaciones de ferias (Londres, París, el Sant Jordi catalán, la feria de Madrid) son solo algunas de las consecuencias que han acarreado el freno de la actividad literaria. Y otra instancia, el obligado cierre de librerías, hace que queden solo las plataformas electrónicas como único acceso al material de lectura.

En los últimos días las editoriales y sus webs se han afanado en hacer que sus textos físicos, electrónicos o en forma de audio, fueran más que atrayentes a los ojos y en especial al bolsillo de cualquier lector, con ofertas que en muchos casos llegan hasta la pérdida de las tres cuartas partes de su último valor de venta.

También las pequeñas librerías, quienes con mucho esfuerzo resistieron los embates de la crisis del año 2008 piensan, más allá de las ayudas que puedan recibir de las autoridades gubernamentales, en implementar una táctica cercana al crowdfunding donde, con un método basado en la confianza mutua,  intentarían afrontar sus inmediatas necesidades económicas. Así, el cliente pagaría por adelantado el libro que desea, y el librero le haría la entrega del ejemplar una vez que se autorice la reapertura de las tiendas.   

Dada la dimensión que van tomando los hechos, para permitir que sus producciones se sigan dando a conocer, han reaccionado además muchos reconocidos escritores. Es el caso de J.K. Rowling, autora de la reconocida  saga de Harry Potter quien, para abaratar el precio final de sus historias, ha decidido dejar de cobrar los derechos de autor por un tiempo determinado, con serias  posibilidades de que muchos más se sigan sumando a la acción.

Por lo cual, una situación de excepción como la que vive el planeta necesitará, una vez más, de flamantes acciones y de un esfuerzo mancomunado de los componentes del sector para superarla. Ya lo sintetizó de manera certera el científico Albert Einstein: “En los momentos de crisis, solo la imaginación es más importante que el conocimiento”.  

FLF.-

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